Solía ser habitué de esos recintos pero hacía tiempo que no los visitaba. Entre mi ascetismo y la reclusión forzada a la que me tenían sometido los tíos de la mafia franco-alemana, no era mucho lo que podía hacer por aquellos días.
Pero la soledad pudo más y como embriagarme podía nublar mis sentidos decidí volver a telefonear a aquella promotora tan bonita. Sus pantalones ceñidos a la cintura siempre eran una linda imagen parar las noches de invierno… y las de verano también.
Me pidió que la pasara a buscar por su casa en San Telmo.
Muy mala idea.
Ninguno de nosotros tenía ganas de caminar y terminamos en el hotel -TELO como le dicen aquí, más próximo: Curucaiba´s Pleasure.
Pronto comprendí que no solo el nombre era ochentoso…. Las instalaciones también.
Al entrar a la habitación mi chica notó dos cosas: el feo color de las paredes. Ella pensó que era pintura amarilla pero yo le advertí que no se confiara… solo era dejadez.
Lo segundo, y más llamativo fue un artefacto que había en un rincón. Una silla con múltiples brazos y almohadillas adosadas.
En mi vida había visto algo así…
Ella tampoco…
Y eso que es promotora…
Me miró consternada… Entendí su mirada…. La silla araña llamémosle, le daba a la habitación un look como de sala de operaciones… o de un lugar donde se practican abortos.
Stephanie me miraba con miedo. Me la imaginé preguntándome: ¿Me vas a dar con una motosierra sobre ella?
Me acerqué y le atornillé un beso francés. Aquella mala habitación no iba a arruinar mi noche con esa beldad, necesitaba relajarme.
Pero lo próximo que vi siguió continuó con la serie de sucesos desastrosos. La cama estaba desecha.
Además era un vejestorio de madera cuarteada con espejos astillados en el respaldar.
Agggggggh! Un asco.
Enloquecido tomé el intercomunicador y espere a que me atendieran mientras echaba un vistazo a un diminuto aviso del costado. Se ofrecía un servicio de habitación al que se le podía pedir varias cosas: Bebidas, juguetes, condones…
La risa me ganó… y me olvide de la silla “araña”, la cama rota y desecha y el color vomito de las paredes.
-Hola tío… me mandas un vibrador y alguna otra cosita divertida a mi habitación… si… la 14
…Ah… y unos sándwiches…. Mi chica ha tenido una idea medio extravagante…
…SI…seguro… todo con cuidado…
…dime chaval… caramelos lipo tienes? Si… los redondos que parecen una bolita… esos mismos…
-Que te ocurre? Ya deja de jugar con eso… este lugar me da miedo y tu divirtiéndote.- sollozo Stephanie-
(el sexo por el momento no me importaba, había encontrado algo mejor, jaja)
-…si… y agrégale a eso dos Playmovil… uno rojo y otro azul… si puede ser uno de bombero…
-Ya basta!-grito ella… gritar ahí…-
-…y la PLAYBOY 27 –dije bien alto- en la que salió Pamela David… porque con esta me muero de hambre y si no me motivo…
…Gracias… has sido muy amable señor recepcionista… de hecho… no quiere venirse usted también?... ya que fue tan paciente con nosotros…
Y así terminó mi noche de regreso a los TELOS. Aunque por un tiempo va a ser la única.
Al salir le dije al encargado que aquello era una letrina, lo más deplorable que había visto en años:
-Un cogedero de viejos… ideal para venirse aquí después de ver una de Woody Allen y tomarse un Martini con tu amante teñida y celulítica… yo que ustedes reformaría todo el edificio y lo utilizaría como un geriátrico…
… Ah, pero ni modo vendan la silla “araña”… seguro que algún uso medico le pueden encontrar en el geriátrico…