Las llamadas no cesan
La angustia tampoco
Merca y Frula a mi alrededor, acercándose con su animal inocencia… pero solo logrando confundirme más y alejarme de la paz interior que tiempo atrás poseí.
Nada calma mi angustia espiritual y el miedo aborda mi cuerpo.
“Si./las heridas son/el mejor manuscrito”*
¿A dónde ir en esta hora de cielos grises y crayones de estiércol?
Mi vida se desvanece en un anticuario podrido de turistas y mi lengua se acicala bajo un manual de estilo en oferta.
Pierdo fuerza y sentido de todo lo que he sido, soy o podría haber llegado a ser.
La mafia sigue allí afuera reclamando algo que no recuerdo haber dicho.
Todo parece indicar que el escarmiento llegará y en su peor forma. Y luego de haber minado mi conciencia y mi vitalidad ¿Cómo responderé a semejante ataque?
Flojas y escasas son las fuerzas que yacen en mi. Pero las pondré todas a disposición de mi más sincero sueño…
Me iré a dormir esperando que mañana, mágicamente, todo esto deje de existir y mis palabras carezcan de sentido… y que ninguna mafia de franco-anglosajones esté tras una de mis tantas farsas…
*Gironsiglos, Lahitte Ana Emilia, editorial Calíope, Córdoba, 2005.
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