jueves, 15 de enero de 2009


Vida sana. Recostado en una silla de oficina en mi buhardilla, fumando hierba mientras Simple twist of fate de Dylan dulcifica la calurosa noche de verano. A mis espaldas la cortina empujada por un, apenas, viento fresco que surge de la ventana me cubre, me acaricia y se retira.

Una hermosa escena. Ideal para leer Miedo y asco en las vegas de Thompson. Recién comienzo, me encuentro en la parte en que Thompson, embotados sus sentidos por el éter, cree ver vampiros. Yo solo estoy fumando hierba pero finjo que los veo y me dejo llevar por la lectura, el viento y la música.

Blood on the tracks sigue sonando y me rio porque el tema que corre es Idiot wind, y me siento muy bien cuando la cortina a mis espaldas me cubre y me acaricia el cuello.

Hacía meses que no escribía nada. Ni un ápice. Sin embargo tenía cosas para contar, pero de las ganas… ni hablar…


You don´t know how to breath


Hay que aprender a controlar la inspiración y el talento. Lo que me recuerda: recién ahora comienzo a controlar los dos tipos de inspiración necesarios para sobrevivir en el planeta tierra. La artística y la física.

Todos los días a las 8 A.M. entro a Rude Boys, el gimnasio al que me he inscripto, con la voluntad de sacar algo productivo de allí. Además de controlar mi respiración, cosa realmente difícil si se lo piensa desde el ángulo de un suicida/famélico/anarco, he conocido personajes realmente detestables, deleznables and whatever…

Yuppies, Junkies, señoras bronceadas, blanquitas chismosas, cuarentonas vagas, onanistas (que son los verdaderos “lugareños” de un gimnasio), gorditos de verano, viejos verdes nostálgicos… una verdadera acrópolis globalizada.

He hablado con un par de ellos pero lo más interesantes es observarlos. Por otro lado no es aconsejable molestar a alguien mientras levanta un a barra con 50 k de cada lado…

Meet me in the morning… Parezco un remero: los brazos inchados, las venas rebosantes de vida bombeando sangre por los músculos.


A veces me asusto.


Temo convertirme en un onanista, por eso los observo: entre serie y serie busco las particularidades de cada uno y les otorgo un apodo. Recientemente bauticé a uno de ellos “Fido”. Tiene rulos chistosos y es flaco como el personaje de la gaseosa de lima-limón.

La verdad es que siempre concurre a Rude Boys con la misma bermuda con flores anaranjadas y una apestosa remera de una maratón del 92´, y eso me irrita… o simplemente me molesta. Su físico muestra lo contrario a su atuendo, por más ejercicio que haga seguirá siendo un flaco hecho y derecho, sin rasgos destacables: una eterna planicie desértica con algún que otro montículo que pronto es esparcido por el viento.


Uh! Que vuelo!


Lastima, porque es bastante amigable; moviendo su bigotito pelirrojo me contó que trabaja de abogado y que todos los veranos se va por un mes a las toninas. Pobre de mi que he decidido quedarme aquí.

Por suerte Thompson, la hierba, Dylan –Lily, Rosemary and the jack of hearts- y otros discos me harán compañía.

1 comentario:

  1. un comentario en la entrada...
    esta re bueno niño-boy-honey-honey-sugar-sugar...

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