sábado, 24 de enero de 2009

OM and farewell



Hoy me desperté temprano y presentí que algo andaba mal. Pablo Honey (que se había quedado dormido en mi casa luego de la curda) lo intuyó rápidamente y supo que hacer.

En la guardia del hospital de San Isidro me dejaron en observación. La intoxicación era grave y los doctores me miraban con furia… me sentía amonestado sin entender el porqué.

Pasar la mañana fue difícil. El síndrome de abstinencia se hacía sentir: transpiraba a raudales y el agua no era capaz de sacia mi sed.
Desconcertado miraba mi brazo izquierdo y no recordaba como llegó a su actual estado: rasgado y con un círculo morado en su centro. Despedía un fétido olor y dolía muchísimo.

Me sentía fuera de mi y despedazado. Al borde del delirio y de la nausea.
Pablo Honey entró en la sala, lo vi calmo como un río pero sabía que por dentro debía estar tan podrido y muerto como yo. Un novato se moriría con solo tomar un par de copas y probar unas drogas -me dije- pero… al instante supe que me equivocaba.

-…No vengo a enseñarte nada… nomás a contarte una historia

Lo miré llenó de ira aborreciendo su cochina experiencia y su esquizofrénica calma, pero en el fondo… muy en el fondo… vislumbre algo más.

-Sé que ahora sentís que el mundo es amargo… y que necesitas todas esas drogas y esos placeres, a pesar de que ellos no te llevaron por donde prometían hacerlo.

-Y donde me llevaron maldito quejica, eh?-le espeté en su cochina cara.
Tomo un sorbo de agua del vaso que había sobre la mesa y me miró como a un amigo, como esa forma que a muchas veces es ilusoria, y solo muy pocas se vuelve cierta y tensa como una cuerda.

-Sé que vos como yo tenes una meta en la vida que es quedarte vacío: morir para vos. Pero en ese camino te equivocaste, como yo… le diste un significado a lo que no lo tiene… o le diste un significado que no tiene… y eso es errar terriblemente el camino

Me sentí derrotado y apunto estuve de llorar.

-Pero ese error vale… errar te hizo olvidarte de lo que realmente buscabas… y así dejaste de buscar y de esperar…

-y que??-grité desesperado- ya no me siento, me perdí, no sé quien soy, me siento dolido, muerto y acabado, y solo deseo que alguien acabe por sepultarme!

P. Honey tomó otro sorbo de agua y me sonrió dulcemente.

-Yo pensé en ello muchas veces pero nunca lo hice y en ese momento me sentí frustrado… me sentí sin agallas para realmente hacer lo único que de una manera u otra pensaba que servía para hacer en este mundo y que me iba a salvar de él…

Suspiró…


-Pero hoy me siento feliz de no haberlo hecho… no puedo decir cómo ni porqué logro estar hoy como estoy. Estoy feliz y me siento feliz al decirlo, y amo este mundo, pero no puedo transmitirte el porqué… ciertamente hay cosas que no se pueden transmitir con palabras… solo puedo decirte que siempre que me sentí solo y derrotado había una cosa que me hacía sentirme bien…

-Que era?-le pregunte con toda la angustia sudando y palpitando en mi cuerpo laxo.


-No cuestionarme por todo lo que había hecho, y mirar al presente que es realmente lo único que tengo y meditar sobre él y disfrutarlo…

Acabó el vaso de agua, me besó la frente y sin siquiera preocuparse por mi dejó la habitación sin decir más nada.

Pero algo me dejó. Una sensación de haber encontrado el secreto que estaba detrás de cada búsqueda mía. El hilo de un gran ovillo que prometía liberación y que lo único que exigía de mi era que aceptara MI presente y el de los demás.

Es así que recostado sobre la cama, en aquel gigantesco y frío hospital (a pesar de ser verano). Cerré los ojos y de repente una silaba vino a mi mente…



OM



OM



OM



Infinita y dulcemente.



Y con ella un camino a seguir. Irme a la costa… al campo energético…


No hay comentarios:

Publicar un comentario